MATEA es el nombre de nuestro proyecto educativo y representa el DAFO de algunas de las emociones más básicas del ser humano. El Miedo, el Afecto, la Tristeza, el Enfado y la Alegría son emociones que nos cuestan aceptar, potenciar o dar cabida en nuestra vida. Pero MATEA también viene de matear, que significa sembrar ordenadamente para optimizar los resultados.
Aprender a conocerse, comunicarse, saber sentirse y así, relacionarnos mejor con nosotros mismos y con los demás, es un proceso que a veces necesita acompañamiento si no se sabe cómo hacerlo. Nuestro equipo entiende que sólo hay un camino hacia el niño o niña y es el amor. Nada más efectivo en un centro educativo que el amor esté presente en todas y cada una de las actuaciones que se realicen con los niños y niñas. Para ello, no pueden faltar los ingredientes de respeto profundo a las necesidades y a los ritmos de cada uno de los niños y niñas que habitan el lugar donde está presente la perspectiva tanto de género como de derechos de infancia.
MATEA bebe de varias fuentes teóricas que nos dan la confianza para llevarlas a cabo con nuestras familias. Entre ellas encontramos toda la filosofía de Montessori, la teoría de las inteligencias múltiples, la teoría de la psicología positiva, la psicología emocional, la puesta en marcha de técnicas de mindfulness aplicadas a la educación y, por último, todo lo que nos hace descubrir el cerebro infantil desde la neurociencia.
La confluencia de todas estas fuentes nos lleva a realizar un proyecto educativo vivo, totalmente experiencial, donde toda la comunidad de nuestra Escuela pueda acompañar al niño o a la niña a disfrutar y sentir su propio recorrido vital en libertad.
El papel del personal de nuestro centro es acompañar en el proceso vital de los niños y niñas, junto con las familias, creando un puente lo suficientemente seguro para que la infancia camine disfrutando del paisaje que se muestra ante ellos. Este paisaje llamado vida llena de experiencias vitales para aprender y descubrir, debe permitir el juego y los vínculos. Sería imposible disfrutarlo cuando el puente se tambalea, por eso es tan importante trabajar con las familias.
La diversidad como parte inherente al ser humano. Siendo así, solo existe el camino de un escuela inclusiva donde todos y todas tengan cabida en el espacio que proponemos.
En este sentido educamos en diversidad y no para la diversidad contando con que existen situaciones más vulnerables en donde hay que incluir más recursos contando con el equipo de orientación de la zona.
Un elemento central en la etapa que nos ocupa es la independencia física. Para que esto suceda se deben dar ciertas condiciones fisiológicas y ambientales, que permitirán alcanzar sus primeros pasos. Como profesionales debemos hacer todo lo posible para que el ambiente se encuentre preparado para este evento tan importante. En torno a esta independencia se plantea la necesidad de la repetición como algo necesario para su conquista.
El lugar donde la experiencia se experimenta como es el ambiente, debe ser un lugar seguro, no sobreestimulado y dando prioridad a la creatividad de los niños y niñas. Será por tanto una decoración simple, con colores neutros y con materiales y juegos expuestos intencionadamente por la educadora con el fin de favorecer el aprendizaje que se planifique de antemano.
Otro elemento que consideramos primordial es el vínculo afectivo que se debe crear con el niño o niña con la educadora. Para que la seguridad y la confianza se confirme es necesario que el personal esté formado dentro de los parámetros de la educación emocional.
Desde nuestra pedagogía, la familia es el lugar de referencia desde donde hay que trabajar para conseguir coherencia en nuestro hacer diario. Nuestro proyecto trata de acompañar a estas familias en el proceso de crianza desde el respeto a sus creencias y formas de entender la vida. El respeto mutuo ayudará en gran medida a un mejor funcionamiento. No hay que olvidar que el trío educadora, familia y niños o niñas debe ser equitativo en derechos y deberes.
Debemos concienciar que el respeto hacia la infancia sea un valor en nuestra sociedad para que estén presentes y que atraviese toda acción que se proponga desde la escuela. Sin ese parámetro es imposible un desarrollo integral de los niños y niñas.
Algunos de nuestros proyectos
Es una herramienta con la cual se favorece el estímulo, el desarrollo y la mejora de numerosas capacidades y aprendizajes.